A través de los años y con una filosofía de permanente innovación y trabajo, la fábrica INDUPAN pasó de ser un pequeño taller instalado en una cochera a una planta industrial de 7000 m2.

La compañía fabrica hornos para panadería en la mítica esquina rosarina de Jujuy y Crespo.

En diálogo con Hugo Menini, su director comentó que la empresa fue fundada por el padre italiano Giulio Menini en la década de los 60 e involuntariamente por un problema de salud, en el año 84 pasó a quedar en mano de dos hermanos y ahora también de los hijos.

Con cierta picardía, pero con una visión de lo que iba a ser a un futuro Hugo comenta "la fábrica se agrandó muchísimo cuando yo ingresé" pero recuerda y remarca que "la cara visible era la de mi papá quien supo trabajar en Polin (fábrica italiana más grande del mundo de hornos) y además había tenido un año de escuela técnica en Italia todo eso era una superación bastante importante".

Hugo cuenta que a su padre estando en Italia le tocó hacer el servicio militar en la ciudad de Údine, la zona, es anexada al territorio alemán, durante la guerra, quedó prisionero y cuando terminó la guerra fue que tomó la decisión de venir a un pueblo llamado González Chávez, cerca de Necochea para terminar en Rosario con unos amigos.

Ya en el año 60 pone en marcha la fabrica INDUPAN y en el año 77 luego de recibirse de técnico mecánico ingresa Hugo que 6 años más tarde, en el 83 se recibiría de Ingeniero.

Su muerte repentina dejo una incógnita sobre qué pasaría con la empresa. "No siempre las sucesiones son sencillas, los clientes y el público estaban expectantes sobre qué iba a pasar con la empresa, el contacto persona a persona y la confianza que se tenía, que muchas cosas eran de palabra, pero la verdad que se consolidó más que antes" expresa.

CONSOLIDACIÓN EN EL MUNDO

Menini no es ajeno a la situación de crisis social y económica. Desde el 97 al 2002/2003 comenta que han sobrevivido muy bien, "aparte de tener nuestra empresa de máquinas de panadería teníamos otra empresa adicional de montaje, habíamos hecho parte de General Motors y habíamos hecho el reactor nuclear que fue a Australia".

Recuerda en 2001, "la empresa tenía financiada a un año la mercadería en dólares y nos devolvieron un tercio del valor por la devaluación de Duhalde".

Ya INDUPAN se había consolidado en el mercado interno, pero al ver que la situación en Argentina era muy crítica fue que salieron a buscar clientes en el exterior y fue allí donde comenzaron el contacto con centro américa y entre ellos Republica Dominicana, "que se ha mantenido en el tiempo. Desde ese momento hasta hoy nunca hemos dejado de exportar".

"Uno al principio pensaba que era fácil pero no lo es" y enfatiza "el tamaño del país de Argentina tiene una inercia en todos los sectores que no lo tiene el mercado dominicano, un mercado totalmente distinto".

Si hablamos de comparaciones entre Argentina y Republica Dominicana este último según Hugo "es un mercado chico, con un poder adquisitivo menor que Argentina. Hay otras series de problema que después han hecho evolucionar al mercado".

Si bien no hay nada para decir sobre el trabajo en el exterior a la hora de la disponibilidad de materiales o productos Hugo enfatiza que en Argentina "hay disponibilidad de todo, ya sea de electrónica, motores, de materiales" en cambio afuera recuerda "en República Dominicana quisimos hacer un montaje y pudimos comprar uno o dos motores ya un tercero no había stock".

Durante la pandemia INDUPAN cerró durante 30 días ya que la hija que es abogada pudo realizar una gestión al Ministerio de Trabajo y a los entes que correspondían en ese trabajo y se tomó a la fábrica de máquinas de panadería como esencial para la subsistencia del país. "Se rompe una máquina y la fábrica no está funcionando no hay nadie que te entregue repuesto. La máquina de panadería necesita permanentemente repuestos".

Hugo da el ejemplo que en la pandemia se compraron máquinas nuevas y se renovó todo el stock ya que las que había tenían cerca de 15 años. Quizás con menos personal por cuestiones de salud particulares, pero a los 20,30 días la empresa ya estaba en movimiento, "económicamente no sufrimos lo que sufrieron otras empresas".

Sobre la situación actual comenta que "el final del gobierno pasado y el principio de este fue muy duro, a raíz de las consecuencias llevadas a cabo y que recién en marzo se empezó a desenvolver las cosas" y sintetiza "uno ve el problema a futuro con los aprendizajes del pasado".

INDUPAN hoy tiene 30 mil productos en la calle. "Uno se imagina como comenzó, con unas pocas unidades y esto es enorme, a veces no lo aprecio, pero uno mira para atrás y dice cuánto camino hecho" y a la vez dice "uno nunca está satisfecho porque la industria es dinámica".

Hoy tiene representantes en Mar del Plata y la Costa Atlántica, San Juan, Mendoza, San Luis, Córdoba Capital, Río Tercero Córdoba, Córdoba Interior, La Plata, norte de Santa Fe, Chaco, Gran Buenos Aires norte, sur y oeste, Neuquén, Entre Ríos, Corrientes, Bariloche, La Pampa, Bahía Blanca, Jujuy, Salta, Santiago del Estero, Formosa y Chubut.

Hugo está orgulloso con sus 66 años de todo el recorrido logrado. Hoy sus dos hijos están involucrados en la empresa; "los chicos te empujan, ver de dónde empezaste y hacia donde llegaste es impresionante", además "tener una empresa en Argentina no es fácil y tener una empresa hoy en el mundo tampoco es fácil. El mundo de hoy no es el mundo que cuando yo entre, mundo más complicado, dinámico y técnico".

Menini ha tenido la suerte de poder viajar mucho y conocer lugares, entre los que cita Santo Domingo, Punta Cana, eso hizo que viera y aprendiera mucho de esos países y de la gente.

Hoy la tecnología acorta distancias y a nivel trabajo todo es más práctico y ágil. Hugo, sin embargo, remarca que el cliente quiere, a veces, todo ya.

"Antes el 80% de las ventas la hacían los vendedores y el 20% la fábrica. Hoy eso es al revés. La gente te conoce mucho por las redes". "La venta de repuestos a través de Mercado Libre es otro punto a favor, el cliente te pide directamente el repuesto a vos".